
Del lado de la pista americana me han pedido
los amables lectores de estos comentarios seriados dar alguna hipótesis que
clarifique la situación a todas luces estrambótica, tras la patética exhibición
ayer del cuadro nacional. Bueno, pues pensemos en el juego de clown y el Patiño
y bajo esos parámetros de un absurdo inserto en los partidos definitorios de
los cuartos de final mencionar que cuando algo suena desproporcionado, quizás
haya dinero de casas de apuestas de por medio. Alguien se hace millonario con
algo que parece totalmente improbable. Probar no puedo este aserto, pero
permítaseme dar el antecedente del 7-1 del encuentro de semifinales entre
Alemania y Brasil de hace 2 años y en efecto, hubo alguien que en la Gran
Bretaña pronosticó a este marcador. Lo demás podrán imaginárselo y por las
dudas les dejo aquí el link con dicha información:
http://elcomercio.pe/movil/deporte-total/brasil-2014/semifinales-copa-mundo-2014-brasil-alemania-increible-ingles-aposto-7-1-alemania-sobre-brasil-noticia-1741637.
Si algo semejante hubiere detrás de lo que hemos presenciado, confío en que
tarde o temprano salga a la luz.
Pero más allá de especulaciones, en cuanto al
trasfondo del acto consumado lo más que puedo hacer de momento es atizar la
noción de desconcierto apoyándome en un comparativo con lo sucedido entre
Argentina-Venezuela pues es innegable que, como en el México Chile, los equipos
del cono sur fueron ampliamente superiores a sus rivales. En ambos partidos las
escuadras vencidas cometieron al menos cada una dos errores en la salida desde
su propia área. Pero la distancia que va
de la diferencia de goles entre uno y otro encuentro debe explicarse por algo
más que las fallas. Mis sospechas insisten en resaltar la falta de actitud,
pues resulta sintomático que ni siquiera provocaron un penalti o una mano como
parte de una genuina reacción ante la deshonra sufrida. En el modo de atacar el balón, de enfrentar a los rivales,
de construir jugadas se evidencia un desgano, una resignación insólitas. No
señores, aquí hay gato (o más bien ratón verde) encerrado.
Apostilla: hecha la
alusión a lo acontecido hace 38 años en el mundial de Argentina 78 (como si el
fantasma de aquel 6 de junio en el estadio Olímpico de Córdoba se hubiera
erguido para recorrer con similar estigma los recovecos del estadio Levi’s de
Santa Clara en este 18 del mismo mes), precisemos una anécdota chusca que
surgió entre los porteros del combinado nacional de ese entonces, José Pilar
Reyes de los Tigres de la UANL y Pedro Soto del club América, quienes se
repartieron entre sí los 6 goles con los que los campeones alemanes despacharon
a los ratones verdes originales, pues luego de 45 minutos y de haber recibido
un tercio de pepinos, el primero tuvo que quedarse en los vestidores por haber
sufrido una lesión, y cuando el segundo bajó al concluir el partido le dijo:
"empatamos Pilar". "¿A 3?" respondió preguntando el
interpelado. "Si, le dijo Soto: a ti te metieron 3 y a mí 3". Al
final de ese torneo cada uno recibió en total 6 goles, pero ahora Memo Ochoa
(surgido también del América), debido a su incuestionable afán de superación,
cuando salude a su antecesor podrá decirle "por fin pudimos desempatar: merced
a las 7 anotaciones propinadas por la selección chilena, ya te ganamos
Pilar".
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