miércoles, 19 de noviembre de 2008

Señas de identidad


Jorge Teillier es a la vez el veneno y el antídoto para la desesperanza. Tomo un poema como "Otoño secreto" de su primer libro de poemas, y uno de su último poemario titulado En el mudo corazón del bosque que más abajo transcribo y la fórmula se repite: este mundo tal y como nos enfrentamos a él, es altamente insatisfactorio, pero en él mismo se encuentran las claves secretas para trascender hacia ese otro ámbito pleno y abierto a los sueños no siempre placenteros (la muerte, el tiempo acechan con alevosía). Esto lo digo para desarticular la idea, en primer lugar de verlo como un poeta necesariamente evasivo, y por el otro para apuntalar la imagen de encontrar su escritura ligada a la naturaleza y no suponiendo dentro de ella el ocultamiento de otra realidad, porque justamente ese ámbito de contacto esencial con la naturaleza es el puerto de llegada. Teillier plantea el conflicto existencial de un hombre que en las grandes urbes no encuentra su lugar, pero que de regreso al terruño visualiza, así sea en forma fantasmagórica, un lugar de pertenencia. En las ciudades un edificio o una calle sustituye a otra, mientras que en el pueblo fantasma lo que fue (molinos, tiendas, árboles, animales domésticos, familiares) sigue siéndolo de algún modo. Siempre hay un rostro en el cual reconocer un gesto familiar, un rasgo que nos dé señas de identidad.

SIEMPRE VUELVE UN ROSTRO

Siempre vuelve un rostro, siempre
en el chubasco que cae repentino, en las
islas de las nubes.

Silencioso se asoma un obscuro sol
en las ventanas. Tu hermana lo retiene
un momento entre los dedos
y luego las manos vacías recorren muros
blancos con sus sombras.

Siempre por el patio asomas
a buscar el rostro de alguien.
Un chasquido se oye: es un chubasco
o un fantasma de un niño que vivió aquí hace tiempo
y vuelve a escuchar como la madre lee a su hijo.

Un rayo de sol ha quedado encerrado
en el rellano de la escalera
el sueño hace señas con su linterna
el sueño nos despierta

y la voz de la hermana cruza entre las nubes
la hermana que no conocimos.