jueves, 10 de septiembre de 2009

Tipología de una conspiración


Me quebraba las meninges pensando con qué tema retomaría este espacio y el triple nueve vino a revelarnos el sino de la chafez que es inherente a estos tiempos que entre cultura y contracultura sólo producen inanición. Así que, debido a que todo mundo opina sobre lo que se le hinchan las pelotas, y más aún si rellena con foquitos de serie navideña unas latas de Jumex en un avión para tener voz a nivel nacional (e internacional), presento un listado de elucubraciones sobre los motivos conspiracionales
de nuestro personaje "iluminado".

1) Los orígenes: En realidad el pastor quedó así de pirado no tanto a causa del alcohol y las drogas, que ésas las hay en todo el mundo, sino por los tacos al ídem que se echó en un puesto afuera del metro Hidalgo: por eso pregonaba tanto en la entrevista que le hicieron que como México no hay dos (y de lengua se echa tres con lo mismo).

2) La trinidad: Es viable suponer también que el de la voz quedara intoxicado de tanta lectura, pero no sólo de la Biblia, sino de Pessoa que tiene una plétora de heterónimos que logran caminar más allá de las páginas escritas, o que haya sido influenciado por esa máxima que dice "la muchedumbre que soy yo solo" puesto que, como asienta Lope de Vega, "A mis soledades voy,/ de mis soledades vengo/ porque para andar (contigo, conmigo, con nosotros tres)/ me basta el andar pacheco" (astedes perdonarán la manera licenciosa de alterar el poema).

3) El encuentro: Como parte de su estrategia el susodicho indiciado quería entrevistarse con el mandamás de este país, pero los medios trataron de meter hilo para sacar hebra y ligar el suceso con la gira que Calderón iba a iniciar en Campeche, sin sospechar que el sujeto no se refería a él, sino al que realmente gobierna la nación (y que de seguro también andaba por el aeropuerto, pero a quien los reporteros pasaron por alto).

4) El aviso: Guardadas todas las proporciones, quizás sea factible suponer que el pretendido secuestrador acertó en sus predicciones, y cuando habló de un terremoto se refería a la sacudida generada en el Estadio Azteca luego del penalti que anotó Catémoc Blanco en el partido contra Honduras (y que ya se estaba volviendo una flatulencia implosiva ante la inoperancia del resto de los enfundados en la playera verde, con quienes, por elemental analogía cromática, se identificó nuestro amigo bo-liviano).

5) La insistencia (sumada a nuestra poca resistencia): Después del avionazo del año pasado en que pereció el ex secretario de Gobernación, este año no podía quedarse en blanco en cuanto a incidentes aéreos dignos de contingencia tipo 11 de septiembre (con su consecuente paranoia gringa). Esta vez el saldo fue blanco también, aunque pensándolo mejor, luego de la muerte de Mouriño habrá que decir que tampoco en esa ocasión se perdió nada.

6) El refrito: Ante la andanada comercial del relanzamiento remasterizado del recuento de la obra musical de los Beatles, era el momento de anunciar el nuevo advenimiento de quienes son más populares que el anti-cristo (¿sí iba así la famosa frase o me equivoqué?).

7) El simulacro: Desde luego no hay que descartar la posibilidad de un truco publicitario y que todo esto haya sido sólo un sainete montado por: a) Televisa y el Teletón, adelantando la campaña de este año con lo de la cuenta de Banamex, la de los famosos cuatro nueves (que en sentido estricto debía producirse hasta el 9 de septiembre de 2099, pero la espera iba a ser demasiado larga), o por b) la empresa Jumex, que con esta promoción gratuita, ahora puede proclamar que sus bebidas, sin ser energéticas, te pueden llevar "hasta el infinito y más allá"...