viernes, 23 de agosto de 2024

CENTENARIO DE LA FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS BAJO EL SIGNO DEL LEÓN Y LA VIRGEN

Primera parte: panorámica exocéntrica



1) Pase de lista al personal docente. A modo de paráfrasis de Walter Benjamin, diría que hoy caminé a contrapelo de la historia, de una historia personal con un lugar, con un edificio cuyas coordenadas son el eje de casi 37 años de mi vida. Una tarde de noviembre, si no estoy mal en el salón 207, me enfrenté a mi destino: debió ser con la entonces maestra (poco tiempo después doctora) Margarita Murillo, quien nos impartió Historia de la cultura en España y en América (materia con la cual se afianzó mi espíritu hispanófilo: “viajen a España, siempre nos decía”) y quien, cuando fue monja, conoció a León Felipe sobre cuya obra realizó sus tesis de licenciatura y maestría y al poco tiempo se doctoró con un brillante estudio sobre Octavio Paz que, vuelto libro, fue la ocasión propicia para que el poeta originario de Mixcoac se apersonara en el Aula Magna de la Facultad de Filosofía y Letras UNAM. Aparte de ello, nunca olvidaré el generoso detalle de, tras el término del segundo semestre, convocarnos a un restaurante y obsequiarnos a todos sus alumnos un libro: ese libro simboliza la entrega que de su alma y su espíritu ya había en cada sesión de clase.
La primera injusticia mnemotécnica que cometeré estriba en la imposibilidad de registrar a todos los docentes de quienes tuve la fortuna de recibir cátedra, tanto en la licenciatura como en el posgrado. Quizás el homenaje cobre sentido si me refiero en particular a quienes ya han trascendido a otro plano: Héctor Valdés, Manuel Ulacia, Fulvia Colombo, Federico Patán, Armando Pereira, Juan Miguel Lope Blanch, Federico Álvarez, Adolfo Sánchez Vázquez, Ramón Xirau y Jorge Antonio Ruedas de la Serna, quien no pudo culminar la misión de asesorar hasta el final del camino mi tesis de doctorado. Estas líneas son un in memoriam a su legado.
2. Desfile de escritores. Por haber cursado la carrera en letras, un atractivo adicional lo representó el contacto presencial con alguno de las y los autores de quienes cuya obra se comentaba en clase. El alma mater es de nuevo pródiga y en este rubro, al repasar la nómina de escritores que pude escuchar, ya sea en el Aula Magna o en el Salón de Actos, y hasta en algún salón, la retrospectiva es simplemente impresionante. Además del ya mencionado, pude escuchar a otros ilustres Nóbeles de Literatura en la persona de Gunther Grass, Toni Morrison y a una pléyade no menos ilustre: Yevgueny Yevtushenko, Adolfo Bioy Casares, Carlos Illescas, Haroldo de Campos, Rubem Fonseca, Eliseo Diego (quien dio un curso de una semana allá por febrero de 1982), Mario Benedetti, Augusto Monterroso, Ernesto Cardenal e incluso, a unos pocos pasos de ahí (ya que de nóbeles hablábamos), a José Saramago, si bien en su caso, en una situación que nunca entendí, estuvo en el aula Jacinto Pallares de la Facultad de Derecho. Y por el lado de la crítica y teoría literarias puedo referirme a luminarias como Cristina Sabat de Rivers, Sara Poot Herrera, Raúl Dorra, Hugo Verani, Noé Jitrik y Antonio Cándido.
La nómina de autores nacionales obviamente resulta más vasta y es probable que la memoria no me impida olvidar a alguno: Carlos Fuentes, Juan José Arreola, Elena Poniatowska, Alí Chumacero, Eraclio Zepeda, Emmanuel Carballo, Ignacio Solares, Sergio Pitol, Carlos Monsiváis (a Pacheco y a Javier Sicilia los escuché en Filológicas, donde también ubico haber escuchado a Carlos Montemayor y Saúl Ibargoyen), Rubén Bonifaz, Hugo Hiriart, Silvia Molina, Jaime Labastida, Salvador Elizondo (con quien me había apuntado en un curso optativo sobre Contemporáneos, pero que finalmente no pudo dar), Alejandro Rossi, Raúl Renán, Francisco Hernández, Jorge Esquinca, Malva Flores, Coral Bracho, Mónica Lavín, Myriam Moscona, Eduardo Milán, Efraín Bartolomé, Juan Domingo Argüelles, Enrique Serna, Felipe Garrido, Chema Espinasa y Víctor Manuel Mendiola (quien tuvo la cortesía de acudir al cierre de un curso optativo sobre poesía iberoamericana que pude impartir hace 13 años, más o menos).


3. Murallas y recintos. Ciudad Universitaria era una ciudad abierta: no estaba llena entonces de los predios enrejados que campean ahora en facultades, institutos o espacios recreativos. Del lado de nuestra facultad las rejas que matan, las más dolorosas aparte de las que nos aíslan aún más con respecto a Derecho, son las del Jardín de los Cerezos lo cual, por cierto, no ha impedido que ahí se cultive una hortaliza, o más bien un sembradío de maíz. El cultivo de la tierra se une al de la sensibilidad y las ideas.
La distribución de los espacios era distinta en aquellos ayeres. Las coordinaciones (en aquel entonces la de Hispánicas encabezada por la Dra. Anamari Gomis, quien siempre se distinguió por la cordialidad de su trato) estaban justo a la entrada, por ambos lados. En el lugar donde ahora se alberga el cuerpo principal de la biblioteca era solo un estacionamiento más (sin rejas alrededor, insisto); respecto a los salones tampoco estaban los que se encuentran en las alas hacia el norte del cuerpo principal del edificio (“ferrocarril” como se le llama) y tampoco teníamos cafetería. Por ende, los puestos de comida de la entrada no eran raros (ah como disfrutaba de mi hojaldra de mole con un agüita de jamaica), ni mucho menos los de artesanos (destacaba por supuesto el del maestro de portugués Ruy Valadas, y con quien tomé uno de los módulos correspondientes en el CELE) y sobre todo de libros (amigos y condiscípulos eventualmente llegaron a ejercer este tipo de comercio informal).
4. El sitial de las mujeres. Podrían enumerarse muchos rasgos distintivos de la FFyL con respecto de sus pares y con respecto incluso a la realidad nacional. Sin obviar que hay aspectos como el acoso que deben ser solucionados con atingencia, puedo eso sí dar testimonio que durante mi paso por ella el techo de cristal a nivel directivo ha sido roto. No solo el puesto de la coordinación de Letras, tanto a nivel de licenciatura como de posgrado, se lo han alternado docentes de ambos géneros, sino también en la encomienda de la dirección. Es cierto que de Arturo Azuela a Mary Frances Rodriguez han desfilado en este cargo cuatro hombres y tres mujeres, pero el equilibrio del que hablo se constata revisando los periodos. En la numeralia patente, de 1986 a 2025 habrán desfilado 10 cuatrienios, de los cuales cada género cubre 5, pues las Dras. Juliana González y Gloria Villegas lograron el objetivo de repetir en el puesto, aspecto que por la contraparte masculina sólo Ambrosio Velasco pudo igualarlo. Enseñar con el ejemplo resulta ser una de las formas más fehacientes y así se constata en el tema de paridad de género.


Ahora bien, al ser aquí lo más relevante la función educativa, eje principal en torno al cual gira la referida infraestructura político-administrativa, la verdadera grandeza académica en este punto se mide en la equivalencia de géneros y, efectuando un repaso a vuelapluma (de nueva cuenta es casi seguro que me faltará algún nombre), descuellan las siguientes mujeres eméritas (oficiales o no) dentro de su desempeño docente: Mariapía Lamberti, Dolores Bravo, Eugenia Revueltas, Margo Glantz, Lizbeth Sagols, Elsa Cross, Carolina Ponce, Lourdes Rojas, Claudia Lucotti, Nair Anaya, Leticia Leticia Flores Farfán, Marisa Belausteguigoitia, Josefina McGregor, Mercedes de la Garza, Ana Luisa Izquierdo, María Rosa Palazón, Lilian Álvarez Arellano, Atlántida Coll, Patricia Galeana, Luz Aurora Pimentel, Georgina García Gutiérrez, Aurora Díaz-Canedo, Beatriz Espejo, Carmen Rovira y Margit Frenk quien (albricias), por un día y un año de diferencia, ha seguido el paso de nuestra noble y doble H facultad, pues apenas ayer cumplió 99 años.

lunes, 19 de agosto de 2024

OLÍMPICAS POEMINIMALISTAS 3a. PARTE


Día 13
Cinco los aros:
una medalla áurea
por cada continente.
(Mijaín Lopez, pentacampeón de lucha grecorromana)
* * *
Sprint a la gloria:
zancadilla del destino
le corta el paso.
(Lamecha Girma, hospitalizado tras caer aparatosamente en la última vuelta de la final de steeplechase, prueba de la que posee el récord mundial, pero en la cual, por 3a. vez consecutiva, la medalla de oro quedó fuera de su alcance)

Día 14
Todo por verse,
del campanazo de última
vuelta al de la victoria.
(Letsile Tebogo de Botswana, país que así gana su primera medalla en la historia, y Arshad Nedeem de Pakistán, este último además con récord olímpico, son los inusitados monarcas en la jornada del atletismo, haciendo sonar la campana del triunfo en el Stade de France).
* * *
Tubular centauro,
¿de un carrusel de feria
se habrá escapado?
(Ciclismo de pista)


Día 15
A fuerza de puños,
en históricos anales
cincelar tu nombre
(Marco Verde, medalla de plata para Mexico en box de 71 Kg.)
* * *
Bajo la torre Eiffel
voley de playa juegan
genuinos monumentos.

Día 16
Tatami no alcanza,
para alcanzar la gloria
a punta de patadas.
(En cada combate, taekwondoínes se salen constantemente del tatami).
* * *
De hormiguero
la salida, de halcón
peregrino la llegada.

(Último día de competencia: maratón)


Día 17 y último

Caballos parejeros:
de foto finish, cierre
del medallero.
(EUA se lleva el primer lugar por 5 cm. de distancia en el básquet femenil, o por 5 milésimas de segundo, en los 100 metros varonil)
* * *
Tras un desfile
de banderas, volvemos
a ser mortales.

Nos vemos dentro de 4 años cuando vuelvan a abrírsenos las puertas del Olimpo...