viernes, 6 de noviembre de 2009

Una voluntad poética...


En Isla Negra el día llega por el lado del océano...

Todavía tengo en la suela de los zapatos arena de Isla Negra. Si retomara un concepto de Jorge Teillier cuando le preguntaron sobre cómo opera la memoria diría que, aunque físicamente estoy de vuelta en México, una parte de mi alma sigue instalada en ese pedazo de tierra arrancado al mar y al suceder prosaico de los días. El anuncio de la prodigalidad visual y arquitectónica de este sitio se había hecho patente desde la visita a la Chascona (nombre que refiere a Matilde Urrutia: el significado no se los diré esperando que vayan en persona a averiguarlo), la casa santiaguina de Neruda y donde fue velado tras su muerte acaecida el 23 de septiembre de 1973. Pensaba, por ejemplo, que las parras que forman una cielo raso en el patio harían alusión a su pueblo natal, Parral, al sur de Chile, o que el haber elegido a propósito ese pasadizo al mar en medio de un bosque de clima túndrico evocaría igualmente a la región natal, pero además su cercanía con Santiago lo volvía un sitio accesible.

Sin embargo la cuestión de fondo con la que ahora comprendo a Neruda es que en él operaba lo que los surrealistas denominaban como el azar dirigido: los proyectos parecen profecías. Quien lea estas líneas necesitará estar de cuerpo presente, por lo que aunque refiera las anécdotas siempre el conocimiento directo permitirá descubrir un enfoque inesperado, un rasgo inédito. En consecuencia puedo contar la anécdota del escritorio que era originalmente la puerta del compartimento de un navío. La casa de Isla Negra, como tal, ya estaba edificada y la mayoría de los objetos coleccionados por el Capitán tenían al menos prefigurado su sitio, sólo le hacía falta su mesa. Un buen día miró al océano y le dijo a Matilde: "ahí viene mi mesa". Será verdad o será leyenda, el caso es que el escritorio como tal ahí está, con las huellas evidentes de su pasado en altamar. Pero su presencia no desentona con el conjunto: auténtico "cosista", como lo definió la guía, Neruda tuvo la voluntad de edificar un lugar poético y el azar contribuyó otro tanto en ese sentido.

¿O de qué otro modo explicar que al hacer el arribo a la Isla Negra hacia el mediodía y al contemplar de frente el mar y arriba el cielo, la clásica línea divisoria entre ambos era inexistente debido a la densidad de la niebla? ¿Que al vagar por el pequeño acantilado descubriera diminutos camarones y almejas casi sembradas en las rocas? ¿Que hubiera pelícanos cuyo vuelo rasante a vaivén estuviera sincronizado con el oleaje y en las tejas de las casas, justo a un lado de la veleta con el sello del poeta, un par de palomas estuvieran iniciando su cortejo amoroso? Pensé entonces que el verso que escribí en la playa no era borrado por las olas, sino corregido por el mar para escribir otro mejor.

Varios críticos de Neruda lo definían como un poeta océanico, un auténtico marinero en tierra porque sólo el concepto de vastedad podía definir a su obra y a su persona: cada página que escribió se continúa en las cosas que a lo largo de su vida fue coleccionando. Inconmensurable como la extensión marítima, cada objeto está revestido de un origen y fue modificado en su propósito para armonizar con la visión arquitectónica, escultural y funcional de sus casas, lugares que no sólo fueron concebidos para ser habitados sino para que cuando él y Matilde perecieran, fueran habilitados como sendos museos.

La Historia, esa deforme construcción humana, deparó para el final de sus días un desenlace triste pero de igual manera, como dentro de una tormenta que sorprende el itinerario navegante siempre hay una tabla para el naufragio, nada podía augurar como posible el cumplimiento de la última voluntad del poeta. Al fallecer él y al hacerlo también doña Matilde, Chile seguía sumido en la dictadura militar, pero el regreso de la marea hizo posible el cambio de los tiempos y como parte de su reconstrucción memorística el designio del poeta, el mismo que dirigió los detalles constructivos de sus casas, nuevamente se cumplió, y de frente a ese mar brumoso descansan los restos del poeta y su amada. No podía ser de otra forma: la voluntad de los dictados poéticos es a fin de cuentas profética.


Por eso digo que "La Isla Negra no es isla, sino sueño entre nieblas"...

miércoles, 4 de noviembre de 2009

Una nueva trastada...


Debo disculparme porque en esta entrada debería estar haciendo una descripción detallada de la visita a Isla Negra, y sin embargo regreso a México y me entero que nuestro mundillo de las letras está avalando el otorgamiento del Premio Internacional de Poesía Jaime Sabines a Claudia Posadas quien, al más puro estilo trácala del "haiga sido como haiga sido" del Jeli-pillo Calderón, se agenció la proverbial cantidad de 100 mil pesitos. Cedo la palabra a quien se ha ocupado de ser el portavoz para informarnos sobre esta nueva trastada dentro de los premios dizque literarios en nuestro país.


SEGUNDA CARTA ABIERTA A LA OPINIÓN PÚBLICA

A la Comunidad Artística Internacional

A los participantes del Premio Internacional de Poesía Jaime Sabines 2009

A los organizadores del certamen

http://www.premiojaimesabines2009fraude.blogspot.com/


En vista de las pesquisas que realiza el Consejo Estatal para las Culturas y las Artes (Coneculta) de Chiapas, México (institución cultural encargada del certamen de poesía) publicadas en un comunicado del diario mexicano Reforma el día 29 de octubre (http://www.fondodeculturaeconomica.com/prensaImprimir.asp?art=30205) y en el que la autora (parcial) del fraude comenta:

- “[Claudia] Posadas negó cualquier engaño, dijo que es normal que los autores publiquen su obra en diferentes espacios y que luego la reúnan para un concurso, lamentó que las críticas a su reconocimiento hayan iniciado con "un correo anónimo" y consideró como envidias estas acusaciones”.

- "Las 120 cuartillas que envié son un libro inédito. Hay dos plaquetas publicadas de mi trabajo, con nueve poemas de 50, y en efecto que son las que se han citado, pero eso no me inculpa en nada ni demuestra ninguna responsabilidad moral ni es una prueba de que yo no cumplí la convocatoria, porque si dijera 'libro de poemas inéditos' ahí sí no tendría nada que decir", afirmó.

Comunico lo siguiente:


PRIMERO:

- La cláusula II de las bases dice: “Los concursantes deben enviar un libro inédito de poemas […] No podrán participar […] obras que estén en proceso de publicación”.

- Es de entenderse que la mayor parte de un libro enviado a concurso (las bases no indican el porcentaje, es verdad) debe permanecer inédito, y si alguno o algunos de los poemas en cuestión están publicados, es posible que esto se realice a través de revistas, blogs u otros medios, NO EN FORMA DE PLAQUETAS o LIBROS con ISBN. Aún así, lo citado generaría suspicacias y violaría las bases.

- Valdría decir que, si carecemos de sentido común como la señora Posadas, podríamos enviar al certamen un libro con el 99% de los poemas publicados en uno o más libros editados y conocidos e incluso, un libro que reúna bajo un TÍTULO INÉDITO un 100% de poemas publicados en distintos medios o libros diferentes. Claro, con la interpretación que hizo de las bases de la señora Posadas, pasaría como “UN LIBRO INÉDITO”. Vaya descaro y falta de ética los de esta señora.


SEGUNDO:

- La cláusula V de las bases dice: “Para preservar el anonimato, los trabajos deberán estar exentos de índices, dedicatorias y/o epígrafes que sugieran la identidad del poeta”.

- Como las bases del certamen no especifican al dedillo: “Para preservar el anonimato, los trabajos deberán estar exentos de TÍTULOS (léase aquí LIBER SCIVIAS) que sugieran la identidad del poeta” la señora Posadas dice NO INCUMPLIR con las bases del certamen. Veamos.

- Varios escritores mexicanos me han enviado información valiosa que sustenta la violación de las bases por la autora de LIBER SCIVIAS. He citado en la misiva anterior, que el mencionado título LIBER SCIVIAS fue hecho público en diversos medios de comunicación por la susodicha señora Posadas en fechas muy anteriores al fallo del jurado. Aún así, insiste en decir que no hay “engaño de su parte”. Las pruebas están en varios medios impresos y en sitios de internet publicados días e incluso meses antes del veredicto de los jueces ( http://www.milenio.com/node/274729 ).

- La misma nota del diario REFORMA que he mencionado, publicada por el periodista Jorge Ricardo comenta: “El fallo del premio que entrega 100 mil pesos fue resuelto el 8 de octubre y empezó a ser criticado mediante un correo electrónico pues Posadas, quien participó con el seudónimo "Montsalvat Castell", PRESENTÓ EN AGOSTO [2009] DOS PLAQUETAS DE POESÍA y en ese momento en varios medios, entre ellos REFORMA, se informó que serían parte de UN LIBRO HOMÓNIMO A SU PROYECTO GANADOR”, es decir, LIBER SCIVIAS.

- Si esto no deja claro que el título del libro de la señora Posadas, LIBER SCIVIAS, era conocido por al menos una buena parte de la comunidad artística mexicana y latinoamericana, entonces vale añadir lo siguiente:

- José Vicente Anaya, uno de los miembros del jurado (los otros, Mario Bojórquez y Kyra Galván) aseguró que el libro [LIBER SCIVIAS] es inédito. Incluso en la referida nota del diario REFORMA, Anaya menciona "Yo no estaba enterado ni tengo por qué estar enterado de que iba a publicar un libro con ese título".

- Tamaño fraude el del señor Anaya y también el del señor Bojórquez, ya que a la señora Posadas le publicaron (los días 14, 15 y 16 DE ABRIL DE 2009), una serie de notas en la Revista Electrónica de Literatura “Círculo de Poesía” sobre la edición de la plaqueta Lapis aurea (así como comentarios sobre Consolament y Scriptorium “de próxima aparición”). Aquí los sitios de internet que lo sustentan:

http://circulodepoesia.com/nueva/2009/04/tres-acercamientos-a-lapis-aurea-de-claudia-posadas/

http://circulodepoesia.com/nueva/2009/04/javier-sicilia-sobre-lapis-aurea/

http://circulodepoesia.com/nueva/2009/04/josu-landa-sobre-lapis-aurea/

http://circulodepoesia.com/nueva/2009/04/antonio-tenorio-sobre-lapis-aurea/


TERCERO:

- Lo insólito no es lo anterior, sino el agravante de que los editores de la Revista Electrónica de Literatura “Círculo de Poesía” son, ni más ni menos que ¡JOSÉ VICENTE ANAYA y MARIO BOJÓRQUEZ!. ¿Será posible que no hayan tenido ni la menor idea sobre la identidad de la autora de LIBER SCIVIAS?. Es claro que sí, ya que la misma señora Posadas ha aceptado que al menos los poemas (nueve) publicados en las plaquetas Lapis aurea y Consolament fueron incluidas en la versión de LIBER SCIVIAS enviada al certamen, y fragmentos de los poemas que conforman Lapis aurea (y por supuesto, LIBER SCIVIAS) son citados TEXTUALMENTE por los tres bardos (Javier Sicilia, Josu Landa y Antonio Tenorio) que escriben sobre esta plaqueta publicada en el 2008.

- ¿Es posible que en su calidad de EDITORES de la Revista Electrónica de Literatura “Círculo de Poesía” ( http://circulodepoesia.com/nueva/editorial/ ) no hayan leído las reseñas y los poemas (o fragmentos) del libro LIBER SCIVIAS de la señora Posadas en la revista que ELLOS MISMOS EDITAN? Sería una falta de cordura y de inteligencia hacer caso omiso de estas pruebas, sumadas a las ya existentes en los medios referidos con antelación y que, con toda seguridad, conocían al menos dos de los miembros del jurado calificador: JOSÉ VICENTE ANAYA y MARIO BOJÓRQUEZ.


CUARTO:

- Si “interpretáramos” las bases del Premio Internacional de Poesía Jaime Sabines 2009 como lo ha hecho la señora Claudia Posadas y supusiéramos que el poeta Jaime Sabines hubiera participado “anónimamente” en esta edición del certamen con un libro de poemas que en su “conjunto total estuviera inédito” bajo el título imaginario de “LOS AMOROSOS” en el que incluyera algunos de sus poemas conocidos tales como “Los amorosos”, “La tía Chofi”, “Tarumba” o cualquier otro bajo el seudónimo ficticio de “EL MAYOR SABINES”, sería casi imposible no pensar que el participante fuese el mismo Jaime Sabines.

- Incluso un jurado compuesto únicamente por párvulos o bachilleres lo reconocería de inmediato y seguramente lo premiaría. ¡Cuánto más un jurado compuesto por poetas que conocieran su obra o fuesen los editores de sus poemas o libros o plaquetas! Siguiendo la “lógica” de interpretación de las bases de la señora Posadas, el libro de Jaime Sabines sería totalmente INÉDITO y cualquier persona que impugnara el fallo “con ‘un correo anónimo’” (léase Joaquín Gaviria Beltrán, su servidor) sería un “envidioso”. ¡Vaya cinismo y falta de ética profesional tanto del jurado como de la señora Posadas! ¡Qué no nos vengan con la vaina de que desconocían a la autora de LIBER SCIVIAS y su obra! Son unos corruptos y deshonestos de la peor calaña.


QUINTO:

- Mi mayor agradecimiento a los camaradas mexicanos y latinoamericanos que se han unido a mi voz para denunciar el fraude cometido en el Premio Internacional de Poesía Jaime Sabines 2009, esperemos que este ilícito no quede impune.

- Mi agradecimiento a las autoridades que han tomado cartas en el asunto. Ojalá que este 2009, “Año del Poeta Jaime Sabines” en Chiapas, México, no quede manchado, así como el nombre del insigne y querido poeta mexicano, amado y admirado de todos los hispanoamericanos.


ATTE

Joaquín Gaviria Beltrán, Medellín, Colombia

Estos son otros blogs y links en los que pueden seguir la discusión sobre el FRAUDE en el PREMIO INTERNACIONAL DE POESÍA JAIME SABINES 2009:

http://escrutiniopublico.blogspot.com/2009/10/denuncian-fraude-en-premio.html

http://www.letraslibres.com/blog/blogs/index.php?title=llego_la_hora_de_exportar_nuestras_polem&more=1&c=1&tb=1&pb=1&blog=5

http://areni-ya.blogspot.com/2009/10/jaime-otra-vez-en-boca-de-todos.html

http://www.justa.com.mx/?p=15860


domingo, 1 de noviembre de 2009

Chile es el país que los dioses soñaron...


Santiago, hasta el día de hoy que fue el de la visita a Isla Negra, había sido un infierno: 28 grados insoportables a la sombra (incluso en la noche se necesita aire acondicionado para poder dormir). Afortunadamente sombra hay mucha porque están lo mismos los cerros de San Cristóbal y Santa Lucía, que verdean la mirada, cercanos a la esquina Movistar (en que se localiza el hotel donde me hospedé), así como las copas de los árboles próximos a la Biblioteca Nacional, en la céntrica avenida Alameda (antes o creo que todavía, Bernardo O'Higgins) y en el campus San Joaquín de la Pontificia Universidad Católica de Chile, lugares del Congreso "Chile Mira a sus Poetas" y de donde obtuve información provechosa para la investigación doctoral. No obstante la mirada colgada en la nieve de los Andes resulta siempre refrescante.

Arquitectura: Yendo por partes, debo compartir el agrado de caminar por estas calles centrales que afortunadamente se han librado, más o menos de la congestión defeña, si bien el trazo de las vialidades y los edificios en sí, por tratarse de una ciudad levantada más hacia finales del siglo XVII y principios del XVIII, podría calificarse de cuadrada, lo que no les resta mérito, antes bien resalta una fuerte propensión europeizante del antiguo régimen. A reserva de conocer otras capitales latinoamericanas, creo que Luis XIV se hubiera sentido en Santiago casi como en su casa. Por lo tanto si se pretende buscar barroquismo en Chile habrá que remitirse a su poesía, por ejemplo, si bien es cierto que para la mirada, más allá de lo propiamente paisajístico, cada esquina nos reserva una sorpresa. Y como podrán imaginarse hay lugares de culto como la estatua del presidente Salvador Allende o el bar La Unión Chica, donde era asiduo parroquiano Jorge Teillier y donde, como también se lo imaginan, monté una guardia de honor.

Academia. Hablar de esta ciudad impondría la necesidad de advertir que el transporte público es sumamente eficiente y que casi en cada estación del metro hay una Universidad. Ignoro si todas serán públicas (hay que tomar en cuenta que las provincias o regiones, como está dividido el país tienen su propia Universidad --católica, la mayoría de ellas, aunque más allá de la capilla no se evidencia ningún tipo de radicalidad, aunque de los aspectos sociales luego hablamos), pero además de la Pontificia conocí al menos la fachada de la Universidad de Chile, la Universidad de Santiago, la Universidad Andrés Bello, todas ellas sólo en Santiago, con una población que no llega a los 7 millones de personas. Otras tantas las conocí a través de la Feria del Libro que, al estar dedicada a Argentina (Cristina Fernández vino a inaugurarla) y con eso de que el loco Marcelo Bielsa ha regresado a los chilenos a un Mundial, ha hecho desfilar personalidades como María Kodama, distensionando así la tradicional rivalidad entre estas naciones del Cono Sur, si bien ahora la disputa se dio entre los propios argentinos, ya que Juan Gelman declinó asistir debido a las declaraciones del embajador argentino en Chile quien aseguró que los mejores escritores argentinos (a diferencia de los chilenos, con glorias que se mantienen vivas tales como Nicanor Parra, Gonzalo Rojas y Óscar Hahn, por mencionar sólo algunos nombres) ya estaban muertos. Como dice el dicho, el pez por su boca muere.

Gastronomía. Los sabores y su carga de aromas se imponen a los sentidos inevitablemente. Daba por descontado que el vino chileno me daría muestras de su generosidad líquida, pero además descubrí que la cerveza paceña (boliviana pues) y Brahma, brasileña, además de nobles aguas minerales mitigaron la sed del clima tórrido. Lo que no me esperaba era la propensión del santiaguino aficionado a las carnes antes que a los pescados. Por cierto debo confesar a este respecto que, sin duda, habrá otros lugares soberbios, pero al menos en mi primer recorrido por la ciudad probé la mejor carne de mi vida, una parrillada de res, jabalí ciervo y no sé qué más, que todavía salivo nomás de acordarme. Recomendable también son las mechadas (especie de tortas) y el cafecito para el desempance en locales curiosos que parecen barra de cantina, con meseras con sendas minifaldas quienes, sin embargo no están destinadas a atender exclusivamente al público masculino (aunque sin duda somos quienes más disfrutamos el atractivo visual). Obviamente pescado hubo pero, como dije al principio, eso, junto con el cambio de clima, tuvo que esperar hasta la estadía en Isla Negra donde el caldo de Congrio (acompañado de un rico carmenere) fue el plato consagratorio.

Los amigos. Pero por supuesto lo mejor de un lugar, y sobre todo tratándose de Chile, son las personas. Bastara con decir que hasta los policías son amables (si bien me pregunto se halla la distinción entre el cuerpo policiaco y militar, porque el uniforme de ambos era el clásico verde soldado). No creo que por el carácter de turista (que a pesar de todo me delataba) la gente se portara con cortesía, lo mismo las bibliotecarias de la Pontificia, Gloria Olea (a quien encontramos después en Isla Negra) e Ingrid (admiradora de Juan Grabiel), que los organizadores del congresos, los de la casa de cambio (que a pesar de equivocarse daban indicaciones de cómo llegar a Isla Negra) o la gente de la feria y los amigos escritores, Gonzalo Contreras y Gustavo Mujica, con quienes las cervezas y las copas de vino cobraron una dimensión no sólo por la evocación de Teillier que me compartieron de primera mano, sino por el hecho de lo que, a propósito de una autorización para publicarle algunos poemas, Gustavo comentaba del poeta lárico (cito de memoria): "a Teillier le importaba un bledo lo de los derechos. Ese día me citó sí para emborracharnos, pero sobre todo para conversar: eso era lo que a él le interesaba". Agrego entonces una categoría más para valorar las ciudades como aquellos lugares hechos no sólo para caminarlos o para amarlos (Lawrence Durrell dixit), sino también para conversarlos...