martes, 17 de mayo de 2011

¿Qué quiso decir Bono?



1. Get on your boots
Ningún análisis público puede estar más prejuiciado que el que se realiza dentro del campo de la política. Gestos, palabras y citas explícitas contaminan indefectiblemente a quien la usa sin el debido cuidado. Por eso, al ser del conocimiento público que en el concierto de U2 el sábado 14 de mayo en el estadio Azteca estuvo el inquilino de Los Pinos (consumado asesino, nomás para no pasar por alto la rima) pueden esperarse las reacciones más diversas. Susana Moscatel en su columna "Estado fallido" de Milenio hizo una de las más acertadas al señalar la intuición diplomática de míster Paul Hewson quien, al estar en conocimiento de la maquiavélica presencia, no debía balconearlo porque la abucheada que ahí mismo recibió Miguel de la Madrid en mayo de 1986, durante la inauguración del Mundial, hubiera parecido música de la flauta de Pan comparada con la rechifla y mentadas a la progenitora de su progenitora que habría recibido el personajo en cuestión. Mejor incluir los nombres de sus hijos, Juan Pablo, María y Luis Felipe y dejar a la audiencia en un paréntesis de duda que borraron los acordes de la siguiente canción.

Pero pasado el momento de la emoción, como la misma Moscatel señala, es inevitable cuestionar las razones que llevaron al vocalista de la banda más importante del mundo a mentar nombres non gratos. Desde luego el aspecto de la cortesía está totalmente rebasado, pues Bono no es Paul McCartney quien a todo mundo le sonríe y no se compromete con ninguna causa, ya que las gestiones del músico irlandés han desembocado en la liberación de activistas (como el caso de Aung San Suu Kyi en Birmania). Y el peligro se incrementa a tal grado que hasta los spots de la Presidencia de la República pueden presentar este hecho en sus promocionales masivos en radio y televisión (con subtítulos y todo, como acostumbran presentarlos en televisión y cine) y decir con voz en cuello que U2 respalda el reciente reclamo de Calderón de lo  injusto que es el combate en que han enfrascado a las fuerzas armadas del país mientras los gringos sigan enviando armas a México y con un discurso doble acerca de la legalización de las drogas (y como jingle de fondo, "how long, how long must we sing this song").

2. Where the streets have no name
No es posible mantenerse inmune al impacto que ejerce la presencia de estos cuatro paladines de la tierra esmeralda. Los vemos salir rumbo al imponente estrado con un vestuario que evidencia el papel que juegan dentro del grupo: Adam Clayton (el Galán) todo de blanco, ya que su función como bajista es la de darle soporte al despliegue de los demás, es el papel sobre el que escriben sus confituras literarias y sonoras el resto de la banda; Larry Mullen (Macho Man) con una combinación en blanco y negro, produciendo así el justo medio entre la armonía musical y la energía rockera de The Edge (el genio o Ñoño) quien junto con el showman que es Bono (quien se bautizó como el Milusos) aparecieron vistiendo de negro. Hasta cierto punto cada actitud muestra un cálculo que la sospecha de lo políticamente correcto se cierne sobre el ambiente con el empleo por parte del hombre performance del grupo de modismos de nuestra habla local y con el modo de interactuar con la audiencia subiendo a un niño al escenario o haciendo leer a una chica fragmentos de la leyenda de la fundación de Mexico-Tenochtitlan. ¿Hasta dónde esto puede romper la magia de las cifras con la que U2 deja México al rebasar ya el récord de audiencia de sus anteriores giras, de por sí millonarias en asistencia y claro, en ganancias?

Para responder esto es necesario trasladarse a otro terreno que considero tiene miras superiores, esto es, el terreno del arte. Para decirlo en pocas palabras, la relevancia que tiene el discurso estético y literario es que está libre de las pedestres situaciones que implica el campo de la política, es decir, en tanto que todo lenguaje está sujeto a las leyes de la oferta y la demanda que impone la interpretación, podemos bien o malentender políticamente una declaración y a partir de esa apreciación glorificar o crucificar a quien la emite. En cambio, artísticamente hablando esto no es posible: a lo más que se puede acceder es a calificar de perversa una interpretación, pero l0s conceptos de positivo o negativo salen sobrando. No hay buena o mala poesía, no hay buena o mala música: hay poesía o no la hay; hay música y cuando no es así lo demás es sólo ruido. Y punto.


Todo esto viene a colación porque el discurso artístico de U2 es irreprochable, y en tanto portador de belleza no necesita convencernos de nada: la simpatía con él viene de un impulso que rebasa lo estrictamente racional. Sin embargo, en tanto vocero de la banda Bono ha utilizado esto como plataforma para las mejores causas sociales que ha encontrado en su camino y esa aventura lo expone, sí, a equivocarse. Sin embargo, precisamente por eso, me sospecho que como ave de tantas tempestades difícilmente podrá naufragar en un navío de tan poca monta como lo es el ámbito político nacional. La dedicatoria que hizo durante la canción "I still haven`t found that I'm looking for" corre el peligro de una interpretación superficial (y desde luego un verso, un poema correría el mismo peligro, pero al hacer uso de un lenguaje más profundo libra el escollo debido a que su pluralidad de significados contribuye a que quizás los no iniciados no lo entiendan pero difícilmente podrían malentenderlo --lo cual no impide que les guste o que lo sientan) y en consecuencia hacer el airado reclamo de por qué mejor Bono no hizo la dedicatoria al recién fallecido hijo de Javier Sicilia. Si Bono es vocero de un trato igualitario entre naciones y exige a los Estados Unidos reconozcan su falta de honestidad en el problema de la drogadicción, ¿porqué no exigirle también a quien detenta la jefatura del poder ejecutivo que a nivel interno cese esta guerra imbécil a la que se opone la mayoría de la población mexicana?

3. Misterious ways
Esta banda remueve muchas cosas por los lugares por donde pasa. El experimentado trato de Bono con presidentes, reyes y papas hacen suponer que detrás de esa dedicatoria había algo más. Desde luego esto implica otro peligro, el de la sobreinterpretación, pero no creo que se puedan emular estas calculadas palabras a las dichas por Vicente Fox cuando asumió la presidencia el 1 de diciembre de 2000, saludando a su progenie. El siniestro confabulador de tantas muertes en nuestro país estaba entre la audiencia y eso lo sabían los rockeros irlandeses. Alguien con pocas tablas se hubiera visto en la disyuntiva de hacer caso omiso a dicha presencia para no hacerle pasar un mal rato o balconear al asistente y hacer caso omiso de las reacciones. Considero que hizo algo mejor: aprovechó la ocasión mandando un mensaje y en medio de la desgracia de tantos padres que han perdido a sus hijos puso sobre la mesa el anhelo de que los suyos no formen parte de esa lista de hijos desaparecidos o asesinados (lo que a pesar de tanto el odio que ha despertado, es algo que ni siquiera a Calderón le deseo). En alguien que cuida tan bien sus palabras, lo que se dice vale tanto como lo que no se enuncia. En medio de semejante conflagración el deseo es el mismo: ojalá que a Juan Pablo, a María y a Luis Felipe, no les pase lo mismo que a Juan Francisco Sicilia y a otros tantos que han dejado a sus padres en la más profunda orfandad (pero si así  fuera, ya sabemos de quién es la culpa).

4. All I want is you
Por último esto, dedicado (ya que estamos hablando de dedicatorias) a la más pequeña fanática que estuvo el domingo en el último concierto de U2:

All I want is
just a stream of consciousness
by the wind river
a plot of land where put my milk teeth
and there see the moon with chestnut colour
over the pupils of lake
or the first man face talking with the fire

in other words
all I want is you... too.