miércoles, 22 de junio de 2016

DEL PIE A LA LETRA 9. DERROTAS HEROICAS

Después de dejar pasar el día de ayer cuando sólo hubo un par de partidos en el viejo continente, es hora de retomar el hilo de nuestras entregas en esta jornada que hemos tenido más del doble (sumando la semifinal de la Copa América entre Argentina y Estados Unidos de la que hablaré hasta mañana y de la que sólo espoileo que yo siempre he dicho que Messi es un genio del balompié, sólo que por una u otra razón no lo ha hecho valer en el momento oportuno con la casaca albiceleste).

Al entrar la Eurocopa a la etapa de cierre de grupos, es factible hacer un balance de varios elementos anteriormente apuntados. En primer lugar no está de más señalar que la insurrección de los débiles ha fructificado significativamente, y las escuadras de Albania y Gales ya cuentan con su pase a la siguiente ronda, mientras que en el caso de Croacia, sin ser en modo alguno una debutante, ha dado la campanada derrotando a los ibéricos (quienes sin duda siguen siendo uno de los principales favoritos) y agenciándose el primer lugar de su grupo. Para mañana que entre en acción el grupo E, es muy probable (aunque a estas alturas ya nada puede serlo) que se concrete ese partido que habrá de sacar chispas entre España e Italia.

En razón de ello quiero ahora proponerles otra fórmula. En cuanto a su desempeño a los equipos históricos de Europa les ha pasado factura el ser zona común, al menos en términos económicos y comerciales. Ya ninguno se siente menos que sus vecinos y en todo caso su funcionamiento exitoso depende de una mentalidad vencedora. Me refiero en concreto a los países arriba mencionado, en tanto que otros como Alemania parecen contagiados de una errática puntería, como si fueran delanteros de el Club de los Cuervos, pues desperdiciaron más de una docena de ocasiones francas de gol ante McGovern, el paladín del arco norirlandés quien impidió que los teutones aumentaran su ventaja en el encuentro verificado en el Parque de los Príncipes. Su memorable actuación me hizo recordar la del mexicano Memo Ochoa hace 2 años en el Maracaná ante Brasil: ¿cuánto se puede perder en 2, en 10 años cuando en el mundial de Alemania la escuadra nacional le dio una lección de juego a los Argentina y sin embargo no pudo coronarla con la victoria? En este punto evoco lo sucedido previo al mundial del 86 con la goliza que le propinó a la escuadra nacional justamente la de Inglaterra en Estados Unidos (creo que en Los Ángeles) un 17 de mayo de ese año, quince días antes de arrancar la Copa del Mundo pero luego, ya en competencia, los de la casaca verde fueron lo suficientemente competitivos para llegar hasta los malhadados cuartos de final contra Alemania en penales. O la gira por Europa previa al Mundial de Francia 98, en la que los dirigidos por Manuel Lapuente llegaron a perder contra equipos de segunda división sin embargo, no fue sino ante Alemania de nuevo, y teniéndolos momentáneamente abajo en el marcador, que acabaron capitulando, situación muy parecida a la que se repitió esta vez ante Holanda, hace 2 años. Y es que, como sucedió el 21 de junio de 1986 (justamente hace 30 años, después de concluir el partido en el Universitario de Monterrey que consumó la eliminación de los nuestros ante los germanos), siguen imperando ciertos atavismos que denunció en aquella ocasión Fernando Marcos al despedir la transmisión por televisión: “desde Cuauhtémoc, estamos hartos de derrotas heroicas”. Eso es un hecho hoy como entonces. Falta ahora hacer algo al respecto para remediarlo.

Apostilla: Un país llevado con los pies es la realidad con la que nos topamos de frente. Lo sucedido el 5 de junio (no por los que votaron, sino por el altísimo índice de abstención) la maquinaria tricolor se impactó contra la realidad construida por ella misma con sus cimientos de gelatina: ¿o estoy hablando del 18 de junio y lo acontecido en Santa Clara California? Lo que resulta clara es la simbiosis entre asuntos públicos y de índole deportiva: Maradona hace 30 años pedía separar la política del futbol (aunque en su caso se trataba de separar lo futbolístico de los genuinos resabios de la guerra de las Malvinas). En realidad no se puede. En ese sentido inevitablemente resulta ser muy sintomática, por la situación vigente desde el último fin de semana, la doble lectura de las palabras con las que cierro este texto: mañana Osorio sostendrá una reunión para rendir cuentas, pero no creo ser el único que piensa que tanto él como su jefe, deberían solicitar su renuncia...
 

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