sábado, 13 de febrero de 2010

La poesía en la calle...


El título de esta entrada parecería seguir la línea crítica de mis anteriores comentarios, sin embargo la intención no es usar la expresión "en la calle" en su sentido figurado, sino en el literal. Por una atenta invitación de Cristián Picón y Linda Guiza, participé dentro de la serie de lecturas "Poesía y movimiento" en las estaciones del metro y mis expectativas previas quedaron rebasadas por mucho. Dichas expectativas consistían en testificar cómo se efectuaría el acceso de la actual producción poética de la ciudad de México llegando de manera directa al público usuario de este sistema de transporte (ya estoy hablando como burócrata), lo que implica salirse de esquemas preestablecidos y no estar a expensas del juicio del mismo circuito de lugares para leer poesía en Coyoacán o en la Roma, y a los que a veces también acuden las mismas personas.


Desde luego esta expectativa se cumplió con creces, dado que gente de diverso estrato social y cultural detuvo sus pasos así fuera para despejar su curiosidad y darse unos minutos a la escucha lírica, pero a ella debo agregar la que generaron los compañeros que rompieron con la estructura tradicional (entre los cuales me encuentro) de presentación. Carraspea uno, se saluda a la concurrencia y nos lanzamos sobre la página a darle salida a lo que venga de nuestro ronco pecho hasta el final del texto. Y la audiencia, bien portadita atiende educada y aplaude al final. La verdad es que los participantes más jóvenes evidenciaron una mayor visión y dieron un toque de frescura con sus lecturas performance. Bajo este marco se desarrollaron (de las que pude presenciar) las actuaciones de Mario Dux con sus juegos acústicos establecidos a partir de cinta canela, bolsas de plástico y un megáfono; la frenética recitación de Miguel López que representaba casi lo mismo que iba recitando; el chippendale de Guillermo Córdova para reproducir, en sentido inverso, el cambio de luces de un semáforo; la representación quasi teatral de Tonatiuh Mercado con su máscara de ave; la crónica rimada de los últimos acontecimientos en la Facultad de Filosofía y Letras de Javier Raya o de Gabriel Bolongaro (no recuerdo bien), y la versión rapeada de Van-T quien más que un poeta se volvió un gurú que predicaba en la cúpula del metro Insurgentes.

Obviamente que todo esto no se trata de algo nuevo, porque desde el movimiento de vanguardia de hace un siglo (claro que esta clase de representaciones se remontan hasta los albores de la humanidad, pero cito este momento histórico por ser el de mayor relevancia dentro de la secularización que sufrió la enunciación poética en la edad moderna) se registran presentaciones de este tipo, y hace como once años, en el auditorio Che Guevara hizo lo propio, heredero de esa tradición vanguardista, el bardo ruso Evgeni Evtushenko. Lo cierto es que, a final de cuentas, lo interesante fue el contraste, porque dentro de lo llamativo de las lecturas reseñadas, no puedo despedirme sin dar fe del éxito entre los asistentes que tuvieron las propuestas de Andrés Cisneros, Adriana Tafoya (con la que hay que festejar "y emborracharse"), Angélica Santaolaya, Guillermo Vega y Lucero Balcázar, todos ellos de quienes me honra el llamarme su amigo.

P.D. Las lecturas siguen durante todo el mes de febrero: los lunes y viernes a las 5:30 y los miércoles a las 2 de la tarde. Pueden checar la programación en: poesiaymovimiento.blogspot.com

1 comentario:

lucerobalcazar dijo...

Gracias Jesús...vamos a provocando al publico que cree que los poetas somos tiesos y aburridos...y nada más alejado a la realidad...un beso enorme para tí, poeta E N O R M E...con gran cariño y admiración, Lucero Balcázar